TRAMONTANA
Cuando Andri Stadler regresó de un viaje de varias semanas por los Apeninos, traía consigo docenas de fotografías. Tomadas sin objetivo, solo con espejos y lentes, muestran estructuras superpuestas, fragmentos y contornos. En su estudio, las sombrías fotografías se convirtieron en plantillas para trabajos en tinta negra. «Mientras recorría las montañas, me fascinaba el silencio, que parecía un vacío, solo interrumpido por el viento que se levantaba, el murmullo de un arroyo o el golpe rítmico de una piedra que se desprendía en la distancia», recuerda el artista de Lucerna. Sus pinturas con tinta sobre papel hecho a mano y lienzo dan vida a estas impresiones.